lunes, 30 de abril de 2007


“Al destruir, el hombre actualiza una conducta animada desde lo mas profundo de su personalidad, en busca de restituir un arquetipo de equilibrio, poder o trascendencia.”
Fernando Báez


Evidencia inconclusa: Estrategia de desmaterialización sistemática que aborda el objeto de estudio como un sistema abierto, presente y ausente a la vez, con el propósito de neutralizar su contenido físico-simbólico a manera "post mortem" para su escudriño colectivo.

La historia no importa, sólo los restos donde ella se apoya. De aquí a que la narrativa histórica del objeto de estudio resida no tanto en la conciencia colectiva como en la memoria-imaginario del espectador. Al contemplar sus partes por separado, el objeto pulsa como presencia que aparenta un querer dejar de existir. En este sentido, cada objeto narra a través de su desmantelación física el misterio y la esperanza de nuestro propio fin.




Como lo perecedero y lo dejado por quienes perecieron, estos objetos-restos se sostienen en su propio proceso de montaje y articulación en una serie de desmantelaciones que interrumpen momentáneamente los códigos de producción, repetición y destrucción de la vida y las cosas. Gracias al manejo clínico de los artefactos encontrados, se podría apreciar lo que significa existir como un signo muerto, un memento mori, o el espectro de un símbolo común.

De aquí a que la desmantelación física de cada artefacto (visto como evidencia de lo acontecido) no sea más que una manera de lidiar seudo-científicamente con el vacío y la conciencia que yacen después de una pérdida. Se trata pues de obtener cierto control sobre lo sucedido (lo real) a través del deber, la ritualidad y la rigurosidad del análisis conceptual.




Ahora bien, si una de las encomiendas de las ciencias forenses es la de explicar e interpretar críticamente la realidad a partir de sus indicios, nos interesa en la presente investigación la cara opuesta de esta máxima: interrumpir la trama de la narración, confundir los aparatos que codifican dichos indicios, para llegar a una recontextualización de la realidad sin pretender con ello ningún tipo de reconciliación, inclusión o conclusión alguna.

Se propone entonces articular una cierta nulidad o ineficacia del conocimiento científico a través de una necesaria irresolución cuántica de las cosas, no tanto para meditar sobre la validez de los códigos que pretenden elucidar lo indescifrable, sino más bien para encontrar en la praxis artística, un espacio ínter subjetivo de reflexión, insuficiente y productivo a la vez, sobre el origen de todo control y todo saber.